viernes, 28 de septiembre de 2007

Cancilleria brasileña afirma que Rigondeaux y Lara estan condenados al olvido

Los boxeadores cubanos Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara, que fueron deportados por Brasil luego de que abandonaran la delegación cubana durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, prácticamente están condenados al olvido en Cuba, dice un informe de la cancillería brasileña divulgado este jueves por el diario Folha de Sao Paulo, informó EFE.
De acuerdo con el documento, que la cancillería elaboró por encomienda de una comisión del Congreso y al que el diario tuvo acceso, los dos boxeadores fueron abandonados a su suerte y no tienen perspectivas de volver a competir.
Los púgiles fueron deportados el 4 de agosto tras haber escapado de la Villa Panamericana el 22 de julio y ser localizados por la Policía brasileña en un balneario de Río.
Rigondeaux, de 26 años y doble campeón mundial y olímpico del peso gallo, y Lara, de 24 y campeón mundial de la categoría welter, negaron haber desertado y dijeron que habían sido engañados por dos empresarios que les ofrecieron un contrato en Alemania. Según la versión oficial, ellos mismos pidieron regresar a la Isla.
El informe de la cancillería brasileña, elaborado por el embajador de Brasilia en La Habana, Bernardo Pericá, afirma los deportistas no han sido contactados hasta ahora por sus entrenadores y prácticamente no tienen contacto con sus antiguos compañeros de equipo.
Ringodeaux "continúa entrenando por cuenta propia a la espera de una comunicación oficial de las autoridades deportivas sobre su futuro", añade el texto.
De acuerdo con la cancillería, el propio atleta se quejó de que "muchos de sus antiguos compañeros en el equipo de boxeo de Cuba estarían evitando mantener contacto con él" y también del "asedio de los periodistas extranjeros".
En cuanto a Lara, el documento indica que, por haber sido el capitán del equipo de boxeo con que Cuba compitió en Río de Janeiro, recibió la "mayor carga de recriminación por parte de las autoridades cubanas".
"Todo parece indicar que está condenado al olvido, sobretodo por no haber, hasta el momento, alcanzado conquistas deportivas comparables a las de su compañero", dice el texto citado por Folha de Sao Paulo.
El informe fue encomendado por la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Brasil para preparar el viaje de una comisión de legisladores brasileños a Cuba que debe verificar la situación de los boxeadores deportados.
El senador socialista Eduardo Suplicy, un importante aliado del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, ya había enviado en agosto una carta a Fidel Castro en la que pedía que la carrera de los dos boxeadores no fuese interrumpida.
Según el senador, los dos púgiles tienen condiciones de ganar medallas en los Juegos Olímpicos de Pekín y no se les debe negar esa posibilidad.
Sin embargo, en un artículo publicado antes de que los púgiles regresaran a la Isla, el gobernante los calificó de "traidores" y "mercenarios". Tras la deportación, Castro dejó claro que Rigondeaux y Lara no volverían a formar parte de un equipo que represente a Cuba en eventos internacionales.

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