sábado, 8 de diciembre de 2007

Leccion de boxeo de Bartelemi


Yan Bartelemi le dio una leccion de boxeo al boricua Luis Angel Rios para derrotarlo por decision unamine en seis asaltos.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Yan Bartelemi por el titulo mundial en el 2008


viernes, 9 de noviembre de 2007


Joel Casamayor, el boxeador cubano de mas exito en los escenarios profesionales del boxeo contemporaneo, peleara mañana sabado en el Madison Square Garden en una cartelera donde tambien estaran Miguel Cotto y Shane Mosley por el titulo welter. A continuacion el chat de Casamayor en ESPN deporte.

Chat con Joel Casamayor
Joel Casamayor (AP)
¡Bienvenidos a la sala de charlas de ESPNdeportes.com!
Joel Casamayor estará en la sala de charlas de ESPNdeportes.com este jueves, para hablar sobre su pelea del sábado en Nueva York.
El boxeador cubano se mide a José Armando Santa Cruz en el Madison Square Garden, por la corona Ring magazine/título interino ligero del Consejo Mundial de Boxeo. Previo al combate, Casamayor charlará con los lectores de ESPNdeportes.com.
El sábado 10 de noviembre en la ciudad de Nueva York será Casamayor-Santa Cruz. Este es uno de los combates previo a la pelea Miguel Cotto vs. Sugar Shane Mosley, podrá presenciarse por
Manda tu pregunta
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ESTE JUEVES 813:00 MÉXICO DF14:00 EEUU (ET)16:00 BUENOS AIRES
Alejandro R. G. (Zamora de Hidalgo, Michoacán. México): Hola, suerte para su contienda del próximo sábado. Mi pregunta es, ¿por qué Cuba tiene excelentes boxeadores a nivel amateur y olímpico, y a nivel profesional no logran brillar como quisieran? Le pregunto porque de los boxeadores Cubanos que se han presentado en nivel profesional, pocos logran brillar realmente como boxeadores de elite. Saludos y suerte en su próxima defensa de campeonato.
Joel Casamayor: Un saludo para todos los latinos de ESPNdeportes.coml gracias por sus preguntas. Ya no hay el mismo potencial de boxeo, ya se ha perdido el poder en el boxeo. Lo han dañado con la máquina de los puntos. Estuve viendo el mundial de Boxeo y eran puroa manotazos nada tecnico.

GIGOLO (MÉXICO, D.F.): Hola campeón, ¿te gustaria volverte a enfrentar a Jose Luis Castillo? Joel Casamayor: Yo soy campeón y me gustaría pelear con los mejores. Si hay una buena bolsa y me ayuda a salir adelante, bienvenido. Sino hay otros boxeadores.

Joel Casamayor: Yo soy campeón y me gustaría pelear con los mejores. Si hay una buena bolsa y me ayuda a salir adelante, bienvenido. Sino hay otros boxeadores.

Pablo Manuel, Las Vegas: Hace un año que no peleas, como te sientes fisicamente y piensas que puedes aguantar 12 rounds con Santa Cruz.
Joel Casamayor: Yo me siento bien, soy un boxeador que no me pongo nervioso, Descansé con mi familia y mis hijos y regreso mas fuerte, soy un guerrero y y los guerreros no pierden el ritmo, estoy listo para 20 rounds.

Edgar, Guatemala: Hace dos años te vi en el Madison Square Garden y no te fue muy bien, empatastes con Almazbek Raiymkulov. Que se siente regresar a la meca del boxeo. Son superticiosos los boxeadores con respecto a pelear donde no les ha ido bien en el pasado?
Joel Casamayor: Para mi tienes razon, gracias pro la pregunhta. Fue empate, pero regresar a la casa de los campeones confiado. Esta vez va a ser diferente, esa ves pele contra los promotores y contra el boxeador.

Saul, Guadalajara: Las 3 peleas con diego Corrales marcaron tu carrera, estas de acuerdo con eso?
Joel Casamayor: Si, si, estas tres peleas fueron grandes y fuertes. Me pusieron en la lista de los mejores y le agradezco que me haga esa pregunta proque justo ayer vi a la esposa de Corrales, quien fue un guerrero. Ella esta bien ahora y me deseó suerte.

Javier Velazquez, Sinaloa: Que sabes de este Santa Cruz?
Joel Casamayor: Yo se muchas cosas de Santa Cruz. Lo usé de sparring para la ultima pelea con Corrales y otras peleas, un boxeador alto, fuerte y lo tengo conocido, peor llego con la mente para ganar. No es dificil pelear con boxeadores que conozco y que tengo amistad, ya se como viene y esas cosas.
Bruno en Barranquilla: ¿Qué estrategia usarás para esta pelea, saldrás con todo o quieres boxear?
Joel Casamayor: La gente sabe que soy un boxeador que sale con todoy el sábado a la noche lo voya demostrar. Ya van a ver que voy a salir campeón.
Joel Casamayor: Un saludo otra vez para todos los fabaticos y a los que han pasado problemas en México y emn Santo Domingo, se las dedico a ellos y que no se desesperen que después d ela tormenta viene la calma y Dios los bendiga.
ESPNdeportes.com: Muchas gracias por acompañarno, Joel regresa a prepararse para la pelea del sábado en el MSG de Nueva York en donde estaremos para traerles toda la información sobre la pelea.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Victorias de Barthelemi y Gamboa en su debut en USA

Los campeones mundiales y olimpicos cubanos Yan Barthelemi y Yuriorkis Gamboa debutaron en Estados Unidos con convincentes victorias sobre rivales de prueba para evaluar su real nivel.

Barthelemi obtuvo la decision unanime de los jueves en una pelea pactada a 4 asaltos, en tanto Gamboa obligo al arbitro a detener las acciones en el 6to asalto por las malas condiciones en que se encontraba su oponente.

domingo, 21 de octubre de 2007

Rigondeaux y Lara: Cuba niega visas a diputados brasileños

En un ejemplo que muestra las verdaderas motivaciones de las autoridades cubanas en el caso de los boxeadores Erislandy Lara y Guillermo Rigondeaux, el presidente de la Comision de Relaciones Exteriores de la Camara de Diputados de Brasil, declaro a la prensa local que el embajador cubano confirmo que no le seran otorgadas visas a los diputados brasileños que pretendian viajar a la isla para entrevistarse con los referidos boxeadores.

Sobre Rigondeaux y Lara, Cuba a tendido un manto de silencio y ostracismo.

sábado, 13 de octubre de 2007

Cuba no ira al Mundial de Chicago

La peor de las impresiones
Leonardo Calvo Cárdenas, La Habana
viernes 12 de octubre de 2007 6:00:00

El Campeonato Mundial AIBA 2007 se celebra en octubre en la ciudad norteamericana de Chicago sin la participación de la representación de la Isla, principal animadora de los certámenes del pugilismo aficionado en las últimas décadas. La noticia no sorprendió a nadie, acostumbrados a los inconsultos desmanes y arbitrariedades del alto liderazgo. Aunque si causó la peor de las impresiones, por las graves implicaciones que el hecho puede tener para el deporte nacional, tanto por sus compromisos y participación internacional, como por su desarrollo atlético.
Los medios informativos de la Isla confirmaron lo que anunciara semanas antes Fidel Castro, al comentar el conato de "deserción" de las estrellas de la escuadra nacional Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara en el marco de los XV Juegos Panamericanos, así como la posterior deportación que en extrañas circunstancias devolvió a los púgiles a la Isla.
La Federación Cubana de Boxeo, en un acto de increíble sumisión corporativa, se limitó a decir que la razón de esta ausencia había sido expuesta por Castro, quien denunció la existencia de fuertes intereses empresariales y comerciales vinculados al pugilismo rentado, empeñados en "robarse" los talentos "formados por la Revolución". En dicho comentario —otra de sus "reflexiones"— predijo una posible conspiración internacional para intentar acosar y comprar a los atletas de la Isla durante la celebración del Mundial en la Ciudad de los Vientos.
En este asunto, el máximo líder se debate en una contradicción insalvable: por un lado, asegura que los deportistas que se mantienen fieles a la causa, es decir, los que no han abandonado Cuba todavía, constituyen modelos de dignidad, firmeza y patriotismo, y por otro, premia a esos "firmes patriotas" con la no asistencia a un evento que incluso otorga clasificación olímpica.
Pero las contradicciones de Castro no son sólo a nivel de comentarios, sino también con su ejecutoria. Todos recuerdan que en 19, sólo armado de una razón que creía le asistía, desafió las prohibiciones del departamento de Estado y la hostilidad de sus opositores en plaza para, poniendo en riesgo a los atletas —como siempre—, "colarse a la cañona" en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Juan, Puerto Rico.
Parece que, 41 años después, a Castro no le queda un ápice de razón, convicción o confianza en su gente para enfrentar las posibles ofertas de los negociantes de siempre. Con toda lógica, estos últimos pretenden animar el alicaído boxeo profesional con la calidad innegable de los hasta ahora muy mal pagados campeones de la Isla. Son conscientes de lo que significa a estas alturas una inyección de sangre y talento joven, como lo fue el filipino May Paquiao, seguro contendiente de Guillermo Rigondeaux en un combate que reportaría una bolsa nada despreciable para todos los interesados.
A las autoridades parece no bastarles con exigir irrestricta fidelidad política a los atletas, ni mantenerlos cual prisioneros bajo minucioso control y vigilancia en cada evento internacional. Ahora, para escapar de la realidad, deben faltar a los compromisos internacionales y frustrar las aspiraciones competitivas de los boxeadores, demostrando, de paso, menosprecio total por su esfuerzo y sacrificio diario para alcanzar la maestría deportiva que, de momento, no podrán mostrar en la liza mundialista.

Tirar la toalla
Tan acostumbrado a manipular los destinos ajenos, como a evadir la verdad, Castro vuelve a imponer la soberbia y el miedo como política de Estado contra los intereses del país, como para que no se olvide que en el siglo XXI queda un mandatario en Occidente que dispone sin sonrojo del premio en metálico ganado por un atleta o decide, por inconsulto capricho, la participación o no en un evento internacional. Ello indica una vez más que en Cuba las instituciones son meras entelequias nominales y, en el mejor de los casos, fuente coyuntural del bienestar personal de los funcionarios de turno.
Está claro que el gobierno tiene justificado miedo a que se repitan en un deporte que hasta ahora ha sido el buque insignia de su nave olímpica las fugas masivas que han vivido el baloncesto y el voleibol. Para evitar esto en el mediano plazo, las autoridades deben reconocer con valentía que el mundo está cambiando sin remedio, también en el deporte, tomar más en cuenta los intereses y necesidades ajenas e imaginar soluciones modernas y nada dogmáticas.
Es muy conocida en la Isla la moraleja del marido engañado que vende el diván donde sorprendió a la esposa con su amante, como el modelo inequívoco de quien trata de resolver un problema evadiéndose por la tangente, con reticencia a enfrentar las causas del mismo.
Se sabe que lanzar la toalla al cuadrilátero en medio del combate boxístico es la forma que tiene un entrenador de sustraer a su pupilo de un reto que es incapaz de enfrentar ya. Al gobierno sólo le queda como argumento el irrespeto a la dignidad y los derechos de las personas y sin abandonar su retórica arroja la toalla incapaz de enfrentar su combate con la realidad.

viernes, 12 de octubre de 2007

Esta en crisis el boxeo cubano?


¿Está en crisis el boxeo cubano?

René Giraldo, Deportes Telemundo 05/06/2007

Si a usted no le gusta la ciencia ficción, este artículo es para usted, y si le gusta, también es para usted. Aunque parezca inspirado por una novela, es una realidad muy triste e indigna del siglo en que vivimos.
El boxeo amateur cubano, considerado el más fuerte del hemisferio occidental y uno de los mejores del planeta, podría estar atravesando por una crisis. Mientras que el gobierno cubano les sigue inculcando lo horrible que es el mundo libre, muchos de sus atletas han abiertos los ojos para ver la realidad.
El golpe propinado por la deserción de tres campeones olímpicos en diciembre del año pasado fue devastador para el boxeo cubano y por consiguiente para el gobierno y la ausencia de los tres se está haciendo sentir.
El rendimiento de los peleadores cubanos estuvo muy por debajo de lo acostumbrado en torneos Internacionales el pasado mes de mayo. En el Torneo Ahmet Comert, disputado en Turquía, los cubanos ganaron cuatro medallas de oro, dos de plata y una de bronce.
En los Juegos del Alba y el Torneo Batalla de Carabobo, ambos celebrados en Venezuela, Cuba participó con su equipo "B". Sólo tuvieron un títular, el peso gallo campeón olímpico, Guillermo Rigondeaux. En esos Juegos del Alba sólo ganaron tres medallas de oro, una de plata y tres de bronce. Luego en el Torneo Batalla de Carabobo obtuvieron tres de oro, dos de plata y tres de bronce. Hay que tener en cuenta que en el pasado, Cuba, inclusive con su equipo "B", dominaba las competencias.
Un reciente y extenso estudio investigativo realizado por el profesor Roberto Quesada, Licenciado en Deportes, especializado en boxeo, dio como resultado que desde 1990 hasta la fecha, un total de 53 boxeadores nacidos en Cuba han peleado como profesionales, pero sólo tres de ellos han llegado a ser campeones mundiales, Diosbelis Hurtado, Juan Carlos Gómez y Joel Casamayor. Este último fue el que mayor impacto causó, ya que en el momento de su deserción en 1996, era campeón olímpico.
Ahora, con la fuga del peso completo Odlanier Solís, del pluma Yuriorkis Gamboa y del mosca Yan Barthelemí, se ha iniciado una nueva era de peleadores cubanos de gran nivel que podría dar en un futuro no muy lejano más títulos mundiales a La Perla del Caribe.
Durante casi medio siglo el régimen totalitario de Cuba ha adoctrinado a sus atletas sobre los peligros y males del capitalismo, al mismo tiempo que les suprimía su libertad de expresión, pensamiento y movimiento.
Los que nacieron y se criaron bajo esa dictadura, nunca supieron que fuera de Cuba existía un mundo diferente. Leer libros o revistas que no sean aprobados por el gobierno es ilegal. Ver algún video, película o programa de televisión que no sea aprobado por el gobierno es ilegal. Tener acceso libremente a la internet es ilegal. Todas esas "ilegalidades" cuestan cárcel.
Por muchos años, los boxeadores cubanos fueron mantenidos con los ojos vendados. Sólo aquellos que salían de Cuba a competir en países democráticos podían disfrutar disimuladamente de la libertad. Esos eran los privilegiados, que por conveniencia para sobrevivir, o por miedo a las consecuencias, caminaron durante mucho tiempo por la senda trazada y controlada por el gobierno.
Se conformaban con soñar, o con cambiar sus camisetas del equipo Cuba por algún efecto eléctrico como presenciamos en los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004. Fuera de la justa deportiva, esa era su única ilusión, poder "resolver" para llevar algo de regreso a casa.
Sin embargo, todo esto comenzó a cambiar decididamente desde que Solís, Gamboa y Barthelemi desertaron del equipo Cuba a fines del año pasado y firmaron contratos millonarios para saltar al profesionalismo. Los tres, ganadores de medallas de oro en las Olimpiadas del 2004, coinciden en que la vida es insoportable en Cuba, y ya no sólo para el pueblo, sino para la élite de los boxeadores que siempre fue tratada con favoritismo por ser instrumentos fundamentales de la maquinaria propagandista del gobierno.
Solís, Gamboa y Barthelemí expresan con dolor las vicisitudes que tienen que pasar los boxeadores y sus familias, y que los sacrificios que tienen que hacer no son ni remotamente compensados, mientras que los miembros y familiares de la cúpula del régimen viven como reyes.
Afirmaron que el desencanto es palpable y que muchos de los atletas están cansados de tantas promesas incumplidas y esperanzas vacías que nunca se convierten en realidad. El descontento dentro del boxeo cubano está en aumento aunque no lo expresen públicamente.
Hay que recordar que a pesar de que son bravos dentro del cuadrilátero, fuera de él, sienten pánico por lo que les pueda ocurrir si son sorprendidos haciendo algún comentario contra el sistema que rige sus vidas.
La deserción de Solís, Gamboa y Barthelemí, quienes en un abrir y cerrar de ojos pasaron de la pobreza a la libertad y riqueza, le ha creado a los dirigentes del boxeo y gobierno cubano un gran dilema. De ahora en adelante, ¿cuánto efecto surtirán las cansonas y aburridas consignas revolucionarias que con la acostumbrada letanía hablan de más sacrificios que siempre vienen acompañados de más hambre y necesidades?
Hay preocupación, y por eso, sutilmente, las autoridades cubanas han tomado medidas para evitar a toda costa más deserciones.
Por ejemplo, el peso gallo Guillermo Rigondeaux, dos veces campeón olímpico, figura principal del boxeo cubano, no viajó con la selección nacional que compitió en el Torneo Ahmet Comert efectuado el pasado mes de mayo en Turquía. Fue reemplazado por Yasniel Toledo López. Sin embargo, inexplicablemente integró el equipo Cuba "B" que participó en Venezuela en los Juegos del ALBA realizados una semana antes.
Obviamente, las autoridades cubanas no quisieron correr el riesgo de enviar al máximo exponente de su boxeo a Turquía, país de origen de Ahmet Oener, propietario de la empresa Arena-Box Promotion, con sede en Alemania, que firmó a Solís, Gamboa y Barthelemí. Si a los tres anteriormente mencionados les dio un millón de dólares a cada uno, ¿se imaginan cuánto le hubiese ofrecido a Rigondeaux?
Rigondeaux es una gallo fino y Cuba no se podía dar el lujo de ponerlo en la boca del lobo y perderlo. El estelar boxeador santiaguero estuvo en el equipo que realizaba un fogueo en Venezuela cuando Solís, Gamboa y Barthelemí escaparon.
Por supuesto que Rigondeaux, a su regreso a Cuba, al igual que el resto de los integrantes de la selección cubana, fue interrogado extensamente por las autoridades cubanas en relación con la fuga de sus compañeros.
En enero, poco después de la deserción de los tres campeones olímpicos, comenzó el Campeonato Nacional de Cuba (Torneo Playa Girón) y aún no se ha dado una explicación convincente de por qué Rigondeaux no participó en ese evento del que saldrían los que iban a competir en Venezuela en el Torneo Clasificatorio para los Juegos Panamericanos de Rio de Janeiro este año.
Por consiguiente no pudo asistir a esa primera clasificatoria en Venezuela, en donde unas semanas antes Solís, Gamboa y Barthelemí habían abandonado el equipo Cuba. En cambio, Rigondeaux, fue enviado al segundo Torneo Clasificatorio que se realizó en Argentina en marzo. Regresó a Venezuela en mayo para los Juegos del ALBA, pero ya había transcurrido tiempo suficiente para que las autoridades cubanas prepararan el terreno para impedir cualquier intento de deserción.
Otro indicio de que el el gobierno cubano está en alerta máxima fue el hecho de enviar de regreso a Cuba, por "problemas docentes", al peso súper completo Robert Alfonso, quien iba a competir en el Torneo Ahmet Comert en Turquía.
No es ningún secreto que los problemas docentes nunca han sido impedimentos para los atletas cubanos de "Alto Rendimiento". ¿Hubo alguna sospecha de deserción? Alfonso fue el que ocupó el puesto de Solís en el equipo Cuba. ¿Se acuerdan del turco Ahmet Oener, autor de las contrataciones de los tres campeones olímpicos cubanos?
El temor de que se produzcan más deserciones está latente. Por lo tanto, no nos sorprenderian algunas bajas importantes del equipo Cuba para el Campeonato Mundial que se efectuará en octubre de este año en Chicago, o que el gobierno cubano se niegue a enviar a sus boxeadores a competir en este evento y esperar clasificarlos para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 en otros torneos en Latinoamérica el próximo año, alegando que el gobierno de Estados Unidos no les da las garantías que ellos exigen para la protección a sus peleadores.
¿A qué se refieren cuando hablan de protección? A que el gobierno norteamericano no les conceda visas de entrada a este país a delegaciones que acompañan a los equipos cubanos a ciertos lugares, las cuales están formadas por agentes de seguridad del estado cubano que fungen como entrenadores, periodistas, médicos, etc., y que velan por que ninguno de sus atletas deserte.
Pero, si a pesar de toda la seguridad, alguno logra escapar, inmediatamente el gobierno lo tilda de "Traidor a la Patria" e insta al pueblo a retirarle su apoyo y odiarlo por haber vendido su alma al diabólico profesionalismo. ¿Por qué un pueblo tiene que odiar y llamar "Traidor a la Patria" a un boxeador que salta al profesionalismo para mejorar su vida y la de su familia?
¿Acaso los latinoamericanos odiamos, o le decimos "Traidores a la Patria" a Julio César Chávez, a Roberto Durán, a Tito Trinidad y otros grandes de la historia del boxeo porque pelearon como profesionales? ¿Acaso Óscar de la Hoya, luego de ganar su medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, tuvo que desertar del equipo de Estados Unidos en algún país lejano para poder alcanzar sus sueños de ser campeón mundial en el boxeo rentado?
Por supuesto que no. De la Hoya, como todo ser humano libre, ejerció su legítimo derecho de pasar del amateurismo al profesionalismo y lo hizo con bombos y platillos, en la tierra que lo vió nacer y sin rendirle cuentas a nadie . Así cultivó una exitosa y millonaria carrera.
Tal como dijo Abraham Lincoln: "Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo".

sábado, 29 de septiembre de 2007

"Dar y que no me de" - Balado


“Dar y que no me den”
Por: JORGE ALFONSO

La sencilla frase insertada a modo de sumario fue la respuesta del monarca olímpico al reportero, tras interrogarlo acerca de cuál era el secreto para llegar a mantenerse en el más elevado nivel de estelaridad, a pesar de las ostensibles desventajas en estatura y peso corporal ante la mayoría de los adversarios en la división supercompleta.
Para corroborar la certeza de su afirmación basta remitirse a los datos de dos peleadores derrotados por él durante los Jugaos de Barcelona (1992), el estadounidense Larry Donald (1,88 metros de estatura y 104 kilogramos de peso) y el nigeriano Robert Igbineghu (1,86 y 103), mientras el cubano se presentó con (1,80 y 94). En los respectivos pleitos contra ellos los jueces marcaron en las computadoras 12 golpes de coincidencia a favor de Balado y sólo cuatro a Donald; algo muy similar ocurrió en la discusión de la medalla de oro al imponerse 13-2 frente a Igbineghu.
A no dudarlo, la principal virtud exhibida en los cuadriláteros por el campeón ( Jovellanos, febrero 15 de 1969 – julio 2 de 1994) consistió en conjugar la habilidad de desmarcarse con fintas y preciso golpeo en la media distancia. Sin embargo, tal vez el lector se asombre de que su entrada al pugilismo resultó pura casualidad...
“Aunque yo nací en Jovellanos, antes de cumplir un año de edad mi familia vino a vivir en La Habana Vieja y poco tiempo después la familia se mudó al barrio El Palenque, a un costado del Puente de La Lisa. Cerca de mi casa estaba el gimnasio de Rolando Rey y a veces me paraba a ver a los muchachos boxeando y, que va, de ninguna manera me decidía a entrar. Aquello de coger golpes así porque sí no iba conmigo”.
Alguien de los presentes en la conversación comentó en tono jocoso que en El Palenque todos los jóvenes sabían boxear y que Balado era un gordito a quien le quitaban la merienda. La cara de mi interlocutor se transformó entonces en un verdadero poema y hasta hizo “pucheros” con la boca por el disgusto que le causó la intencionada observación. Antes de responder, miró al entrenador Raúl Fernández –el hombre de la broma- y de sus ojos parecieron salir dos contundentes ganchos al mentón.
“Yo nunca fui guapo ni me gustaba fajarme, pero le aseguro que tampoco podían quitarme la merienda en la escuela. Un día, no recuerdo cuál, le dije a Rolando Rey que me pusiera los guantes. Eso fue en 1983 y todavía no había cumplido los 14 años de edad y pesaba poco más de 70 kilogramos. Después de escuchar mi deseo me dijo: “Coño gordo, por fin te decidiste...”.
Ahora es Raúl Fernández el que toma la palabra y nos relata cómo el ya decidido Roberto Balado llegó a la academia provincial en el Cacahual e inició la indetenible carrera hasta la empinada cumbre del pugilismo aficionado mundial
“Roberto llevaba dos o tres semanas en el gimnasio de La Lisa y allí lo vio el comisionado Manuel Echazábal. Como era bastante corpulento y necesitábamos un futuro peso completo lo matriculamos de inmediato. Le hablo con toda honestidad, yo no le vi de momento ninguna posibilidad, pues su estatura era más bien baja y el aumento de peso podía limitar el crecimiento. Durante un año completo, sin ponerle guantes, trabajé en el fortalecimiento de las piernas y el tren superior, buscando sobre todo velocidad en la esquiva y en los brazos”.
La llegada de Balado al mundo de las cuerdas coincidió con un instante definitorio en la máxima división del boxeo cubano. En 1984, Teófilo Stevenson, aunque conservaba buena forma física e incluso aspiraba a una cuarta medalla de oro olímpica, ya necesitaba del relevo capaz de continuar la senda victoriosa iniciada en Munich. De la provincia guantanamera se tenían alentadoras noticias del juvenil Félix Savón y en los predios camagüeyanos el entusiasta Eugenio “Titi” Basulto hablaba maravillas del prospecto Leonardo Martínez Fizz.
El traslado de Raúl Fernández hacia el centro de entrenamiento Orbeín Quesada, cuartel general de la preselección nacional, jugó un papel decisivo en la formación y posterior consagración de Roberto Balado. A propósito del indiscutible ascenso a los planos estelares apunta Alcides Sagarra: “Raúl habló conmigo y sin ningún tipo de compromiso acepté que lo preparara en la “finca”. Comenzó a evidenciar progresos y muy pronto lo suyo fue algo más que el simple aprendizaje. Desde el primer momento estuvo dispuesto a ayudar en los “sparrings” y no le importaba el nombre del contrario que tuviera enfrente”.
Algunos especialistas del patio cuestionaron la decisión de incluir a Balado como el representante cubano en la división supercompleta del certamen mundialista de Moscú (1989). La realidad competitiva desbarató las dudas. El debutante regresó con el título y mantuvo la continuidad. En años sucesivos (1989-1994), hasta el trágico accidente automovilístico, llovieron los éxitos
A base de puñetazos limpios convenció a los más escépticos y en total cosechó 122 victorias. Después de su marcha sin revancha, el nombre de Roberto Balado está presente en cada día de esfuerzo diario por parte de entrenadores y boxeadores, ya que supo ganarse ese puesto entre los grandes de todos los tiempos en el pugilismo cubano.

Roberto Balado




La muerte no lo mató
Por Elio Menendez


Para no pocos entendidos en materia boxística, el supercompleto cubano Roberto Balado Méndez ha sido una de las más sobresalientes figuras que han pasado por el boxeo aficionado mundial, pese a no poseer las cualidades físicas que, se dice, deben aflorar en todo púgil de la división máxima.
Balado, sépanlo quienes no lo conocieron, era, efectivamente, la negación física del peso supercompleto. De baja estatura y poco alcance con sus brazos para combatir entre los más de 91 kilos, Roberto poseía, además, franca tendencia a engordar.
Y si ganar kilos de peso no le perjudicaba en relación con la báscula, por cuanto en su división no hay límites a la crítica hora del pesaje, sí contribuía a restarle velocidad, una de las principales —si no la principal— arma del caballeroso atleta cubano que calzara con éxito los guantes dejados por el legendario Teófilo Stevenson.
Para suplir los inconvenientes señalados, el titular olímpico en Barcelona'92 poseía una extraordinaria velocidad de manos y piernas, vista de águila para ver llegar los golpes, e inteligencia...¡mucha inteligencia!.
Roberto Balado Méndez, cuyo nombre lleva ahora el gimnasio del capitalino municipio La Lisa donde se hizo boxeador, dio la primera clarinada cuando ganó el campeonato mundial juvenil efectuado en La Habana'87. No obstante, el triunfo fue recibido con cierta reserva por los catedráticos de la asignatura, quienes le auguraban poco futuro en la categoría de mayores, debido a su nada impresionante físico.
Mal pronóstico. Al referido título juvenil del orbe, Balado sumó tres de mayores tras imponerse en Moscú'89, Sydney'91 y Tampere'93, más las medallas de oro ganadas en las Copas del Mundo con sedes en Bombay'90 y Bangkok´94, así como la alcanzada en los XI Juegos Deportivos Panamericanos, efectuados en La Habana, año 1991.
Otros muchos triunfos internacionales conquistó Balado, pero ninguno tan significativo como el logrado en los Juegos Olímpicos de Barcelona, cita en la cual cruzó sobre el canadiense Tom Glesby (16 golpes por 2), el estadounidense Larry Donald (10-4), el danés Brian Nielsen (15-1) y el nigeriano Richard Indineghu (13-2) para subir a lo más alto del podio de premiaciones.
Por si no bastara con tanta gloria, fue tanto lo que brilló el cubano —¡tantísimo!—, que recibió la Copa Val Barker, reservada en certámenes olímpicos a los púgiles más técnicos, honor que sólo recibiera antes su compatriota Teófilo Stevenson, hoy vicepresidente de la Federación Cubana de Boxeo.
La mañana del dos de julio de 1994, cuando al volante de su automóvil se dirigía al gimnasio en el cual entrenaba, el tricampeón del mundo y titular olímpico sufrió un accidente de tránsito que le costó la vida.
Mas, el recuerdo de Roberto Balado Méndez se mantiene vivo no sólo en los corazones de quienes le admiraron sobre el ring y desde las gradas, sino también en el torneo internacional que cada año organiza en su memoria el municipio La Lisa.
No, la muerte no mató a Balado aquella gris mañana en la carretera del Wajay.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Cancilleria brasileña afirma que Rigondeaux y Lara estan condenados al olvido

Los boxeadores cubanos Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara, que fueron deportados por Brasil luego de que abandonaran la delegación cubana durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, prácticamente están condenados al olvido en Cuba, dice un informe de la cancillería brasileña divulgado este jueves por el diario Folha de Sao Paulo, informó EFE.
De acuerdo con el documento, que la cancillería elaboró por encomienda de una comisión del Congreso y al que el diario tuvo acceso, los dos boxeadores fueron abandonados a su suerte y no tienen perspectivas de volver a competir.
Los púgiles fueron deportados el 4 de agosto tras haber escapado de la Villa Panamericana el 22 de julio y ser localizados por la Policía brasileña en un balneario de Río.
Rigondeaux, de 26 años y doble campeón mundial y olímpico del peso gallo, y Lara, de 24 y campeón mundial de la categoría welter, negaron haber desertado y dijeron que habían sido engañados por dos empresarios que les ofrecieron un contrato en Alemania. Según la versión oficial, ellos mismos pidieron regresar a la Isla.
El informe de la cancillería brasileña, elaborado por el embajador de Brasilia en La Habana, Bernardo Pericá, afirma los deportistas no han sido contactados hasta ahora por sus entrenadores y prácticamente no tienen contacto con sus antiguos compañeros de equipo.
Ringodeaux "continúa entrenando por cuenta propia a la espera de una comunicación oficial de las autoridades deportivas sobre su futuro", añade el texto.
De acuerdo con la cancillería, el propio atleta se quejó de que "muchos de sus antiguos compañeros en el equipo de boxeo de Cuba estarían evitando mantener contacto con él" y también del "asedio de los periodistas extranjeros".
En cuanto a Lara, el documento indica que, por haber sido el capitán del equipo de boxeo con que Cuba compitió en Río de Janeiro, recibió la "mayor carga de recriminación por parte de las autoridades cubanas".
"Todo parece indicar que está condenado al olvido, sobretodo por no haber, hasta el momento, alcanzado conquistas deportivas comparables a las de su compañero", dice el texto citado por Folha de Sao Paulo.
El informe fue encomendado por la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Brasil para preparar el viaje de una comisión de legisladores brasileños a Cuba que debe verificar la situación de los boxeadores deportados.
El senador socialista Eduardo Suplicy, un importante aliado del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, ya había enviado en agosto una carta a Fidel Castro en la que pedía que la carrera de los dos boxeadores no fuese interrumpida.
Según el senador, los dos púgiles tienen condiciones de ganar medallas en los Juegos Olímpicos de Pekín y no se les debe negar esa posibilidad.
Sin embargo, en un artículo publicado antes de que los púgiles regresaran a la Isla, el gobernante los calificó de "traidores" y "mercenarios". Tras la deportación, Castro dejó claro que Rigondeaux y Lara no volverían a formar parte de un equipo que represente a Cuba en eventos internacionales.

Para Rigondeaux y Lara in memoriam

El Comité Nacional para los Refugiados (Conare) de Brasil decidió este viernes conceder refugio a dos deportistas cubanos que huyeron de la delegación de la Isla durante los Juegos Panamericanos celebrados en junio pasado en Río de Janeiro, informaron fuentes oficiales citadas por EFE.
El Ministerio de Justicia, del cual depende el Conare, indicó que el estatus de refugiados le fue concedido al jugador de balonmano Rafael DaCosta Capote y al ciclista Michel Fernández García.
Como refugiados, los deportistas tendrán todos los derechos de cualquier ciudadano brasileño, obtendrán un visado de permanencia definitiva en el país e incluso podrán solicitar la naturalización, dijeron fuentes del Ministerio.
De acuerdo a las leyes de refugio brasileñas, la decisión podría ser apelada por cualquier interesado, incluido el propio gobierno cubano, aunque "no es lo usual", según fuentes del Ministerio de Justicia citadas por EFE.

Brasil denunció que los boxeadores desertores están abandonados en Cuba

Un informe de la Cancillería de ese país consigna que en la isla no tienen perspectivas de volver a competir, pese a tener posibilidades reales de ganar medallas en los Juegos Olímpicos de Pekín. En cuanto al capitán del equipo, Erislandy Lara, dicen que “todo parece indicar que está condenado al olvido”.
Los dos boxeadores cubanos que fueron deportados por Brasil luego de que desertaran durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro están abandonados a su suerte en Cuba, según un informe de la cancillería brasileña divulgado este jueves por el diario Folha de Sao Paulo. De acuerdo con el documento, que la cancillería elaboró por un pedido de una comisión del Congreso y al que el diario paulista tuvo acceso, los deportistas fueron abandonados a su suerte y no tienen perspectivas de volver a competir en Cuba. Los púgiles Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara fueron deportados el 4 de agosto por Brasil hacia Cuba tras haber desaparecido de la Villa Panamericana el 22 de julio y ser localizados por la policía brasileña en una playa. Rigondeaux, de 26 años y doble campeón mundial y olímpico, y Lara, de 24 y campeón mundial de la categoría welter, desaparecieron poco antes de presentarse al pesaje previo a su competición en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro. Al ser encontrados por la policía, negaron haber desertado y dijeron que habían sido drogados por dos empresarios que les ofrecieron un contrato en Alemania. El propio presidente cubano, Fidel Castro, fue el primero en confirmar la deserción y luego de llamarlos "traidores", dio a entender que los pugilistas difícilmente tendrían la oportunidad de reiniciar sus exitosas carreras deportivas en Cuba. Según el informe de la Cancillería brasileña, elaborado por el embajador en La Habana, Bernardo Pericá, los deportistas no fueron contactados hasta ahora por sus entrenadores y prácticamente no tienen contacto con sus antiguos compañeros de equipo. Ringodeaux "continúa entrenando por su cuenta a la espera de una comunicación oficial de las autoridades deportivas sobre su futuro", según el texto. De acuerdo con Itamaraty, el propio atleta se quejó de que "muchos de sus antiguos compañeros en el equipo de boxeo de Cuba estarían evitando mantener contacto con él" y también se quejó del "asedio de los periodistas extranjeros". En cuanto a Lara, el informe indica que, por haber sido el capitán del equipo de boxeo con que Cuba compitió en Río de Janeiro, recibió la "mayor carga de recriminación por parte de las autoridades cubanas". "Todo parece indicar que está condenado al olvido, sobre todo por no haber, hasta el momento, alcanzado conquistas deportivas comparables a las de su compañero", según el documento citado por Folha de Sao Paulo. El informe de la cancillería fue encargado por la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Brasil para preparar el viaje de una comisión de legisladores brasileños a Cuba para verificar la situación de los deportistas deportados. La comisión, a pedido del diputado opositor Raúl Jungmann, del Partido Popular Socialista (PPS), aprobó hace veinte días la visita de una comisión legislativa a Cuba para establecer si los dos boxeadores están sufriendo represalias. El senador socialista brasileño Eduardo Suplicy, un importante aliado del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ya había enviado en agosto una carta a Fidel Castro en la que pedía que la carrera de los dos boxeadores no fuese interrumpida. Según el senador, los dos púgiles tienen condiciones de ganar medallas en los Juegos Olímpicos de Pekín y no se les puede negar esa posibilidad.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

A fuerza de puños


Por Fernando Vila


El boxeo es uno de los deportes de más arraigo en Cuba. Se podría afirmar que después del béisbol es el que más público atrae. Históricas fueron las faenas de Kid Chocolate, Kid Gavilán, José Nápoles, Kid Tunero, por mencionar sólo a algunos.
En lo que a fugas se refiere en el deporte nacional, los pugilistas no se han quedado atrás. Sin duda, la presente generación de atletas no ha logrado los resultados esperados, si tomamos en cuenta su desempeño en torneos internacionales. Esta realidad revela un hecho irrefutable: no es igual pelear ante boxeadores amateurs, que enfrentarse a quienes practican el profesionalismo y están en su mejor forma física.
Del "Team Freedom" de finales de la década de los años noventa y principios de la actual, sólo tres de los muchos que han probado suerte últimamente en el profesionalismo han sido campeones mundiales: Joel Casamayor, Diosbelys Hurtado y Juan Carlos Gómez.
Casamayor es el que más impacto causó al principio, puesto que fue campeón olímpico en 1996, cuando abandonó la selección de la Isla. Cepillo, como es conocido popularmente, ha ganado varios campeonatos, pero ha perdido peleas claves ante Acelino Freitas, Diego Corrales y José Luís Castillo.
Juan Carlos Gómez es quien más tiempo ha durado en la primera plana del boxeo mundial, gracias a su permanencia ganando peleas y campeonatos. Es cierto que no se ha probado en cuadriláteros estadounidenses, pero en su país adoptivo, Alemania, ha cosechado muchas victorias: posee títulos de la WBC y de IBF en la categoría cruceros.
Pero si estos últimos se han destacado de alguna forma, no podemos olvidar que el santiaguero Hurtado vencía en 2002 al pegador estadounidense Randall Bailey para llevarse la faja de la Organización Mundial de Boxeo.
Una nueva esperanza llegó el año pasado, cuando tres de los cuatro campeones olímpicos de Atenas 2004 escaparon de la Isla para probar suerte en Alemania. El peso completo Odlanier Solís, el peso pluma Yuriorkis Gamboa y el mosca Yan Barthelemy, quienes pelean actualmente para la empresa Arena Box Promotion, son los ejemplos más reales para que otro boxeador cubano gane un campeonato mundial.
El nivel ha bajado
Estas actuaciones sólo demuestran la realidad del boxeo nacional. Desde hace años los resultados del equipo de la Isla no se acercan a los de décadas anteriores, y eso es en la categoría amateur, compitiendo con profesionales. Es un claro ejemplo de que el nivel ha bajado.
Otro de los desertores que llegaron precedidos con bombos y platillos fue Ramón Garbey, campeón mundial en Finlandia 1993. Apodado el niño, Garbey apenas se destacó a nivel profesional.
Además, el habanero Jorge Luis González fue otro de los sonados fracasos. El guanabacoense fue el mejor peso completo en su momento dentro de la Isla y apenas logró algo en el mundo profesional. Era más conocido por sus comentarios que por sus puños.
Por su parte, Eliseo Castillo obtuvo su mayor victoria ante Michael Moorer en el American Airlines Arena de Miami. Este pleito le dio la oportunidad de pelear ante el ruso Wladimir Klitschko, contienda en la cual resultó perdedor.
Los pugilistas mencionados no fueron los primeros en escapar después de 1959. Varias decenas de boxeadores lo hicieron al principio de la década de los sesenta, entre ellos se cuentan Florentino Fernández, Ultimito Sugar Ramos, Luis Rodríguez, José Nápoles, Benny Paret, José Legra, Isaac Logart y Doug Vaillant.
En los Juegos Panamericanos de 1967, efectuados en la ciudad canadiense de Winnipeg, Jorge Enrico Blanco desertó tras declararse campeón en los pesos ligeros. Más tarde se hizo llamar Jesse Ravelo y fue coach de boxeo del equipo norteamericano en los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Kid Tunero. Una cronica de Elio Menendez

En su época de boxeador, Kid Tunero era prácticamente invencible.
De Kid Tunero sabía por lo mucho que de adolescente leí sobre su grandeza pugilística y en dos ocasiones que lo vi pelear en el Palacio de Deportes y Convenciones, en Paseo y Mar, a mediados de los años 40. Pero lo que se dice conocerlo, no lo conocí hasta Septiembre de 1991, cuando lo traté personalmente en Barcelona, donde Evelio Mustelier refugió su vejez.
Fue en ocasión de un viaje a la Ciudad Condal en compañía de Teófilo Stevenson que tuve oportunidad de compartir por algo más de dos horas con el legendario boxeador, que sin haber sido campeón del mundo venció a cuatro que sí lo fueron: Marcel Hill, Antón Christofidis, Ken Overlin, -dos veces a cada uno- y Edzar Charles.
Después del almuerzo durante el cual Stevenson y Tunero se prodigaron atenciones y recíproca admiración, siguió la conferencia que Teófilo ofreció a varios cientos de voluntarios comprometidos con las obras de la Olimpiada, momento que aproveché para "secuestrar" al Caballero del Ring, como llamaron a Tunero.
Me contó cómo en Banes, donde su familia fue a vivir cuando él apenas había cumplido un año, se le metió el boxeo en la sangre al ver sobre el techo de un comercio a dos muñecos de metal, que a semejanza de Jack Johnson y Jess Willard, impulsados por el viento, imitaban un combate. Tenía por entonces ocho o nueve años de edad.
No había efectuado una docena de peleas en Cuba, todas semiprofesionales, cuando empacó sus escasas pertenencias y en 1929 partió a la conquista de Europa. En el Viejo Mundo se hizo de un nombre y resultó auténtico ídolo por sus combates contra el adversario que llevaba enfrente y el reumatismo que no cesó de hostigarle.
UN LARGO CALVARIO
La invasión alemana a Francia durante la II Guerra Mundial lo sorprendió peleando en Sudamérica, lejos de la esposa y dos hijos franceses que dejó en la Costa Azul de la Riviera. Comenzó entonces para Tunero un angustioso calvario de seis años de separación, sin siquiera noticias de la familia que dejó en la Europa devastada.
Fue por entonces que debutó como profesional en una Cuba que no lo conocía en rol de estelarista, saltó a giras por Estados Unidos y otros países, y en 1946, derrotadas las hordas fascistas, se reencontró con los suyos en Paris.
A pocos costó tanto trabajo abrirse paso hacia la popularidad. Afuera, Tunero combatía frente a vacas sagradas locales y cuando volvió a su Patria era virtualmente un desconocido. Su estilo depurado y su escuela clásica europea no le facilitaron de un tirón el favor de las graderías en su país. Tuvo que vencer a los mejores púgiles cubanos y extranjeros, para que tanto el público como la cátedra especializada le dieran el visto bueno.
Una pelea que Tunero jamás olvidó fue la efectuada en Paseo y Mar frente al peso mediano Hanking Barrows, un destacado pugilista panameño bien conocido de los cubanos por haberse presentado varias veces en La Habana. Al finalizar el combate, el cubano fue declarado vencedor con el beneplácito unánime de jueces y fanáticos, para quienes aquella había sido solo una pelea más. Pero Evelio Mustelier no pensaba lo mismo. En los días que siguieron al combate, me contó en las gradas del estado olímpico catalán, padeció fuertes dolores de cabeza, mareos y una sensación rara que nunca antes había experimentado. No lo consultó con nadie pero intuyó que había llegado la hora. Si, porque Tunero los conocía bien. Hombres ebrios de golpes, que perdidos en el tiempo, deambulan por calles y gimnasios, balbuceantes al hablar, con la ingenua sonrisa de un niño y el vacilante andar de un viejo. No, él no iba a ser uno de tantos.
AL TRIUNFO DE LA REVOLUCION
Al triunfo de la Revolución, Kid Tunero trabajó como técnico por corto tiempo en varios gimnasios municipales, además como preparador con la cuadra profesional de Yamil Chade, en la que figuraban entre otros un decadente Kid Gavilán, Robinson García y Sarvelio Fuentes, hoy técnico principal del equipo nacional de boxeo cubano.
Kid Tunero regresó a Europa y tras la erradicación del deporte rentado en Cuba, pasó un cable a Sarvelio Fuentes en el cual le ofrecía el contrato para una pelea en Paris contra el campeón francés Loyand Lebecquer, oferta que Sarvelio rehusó para quedarse trabajando en su país. Al llegar el baracoense José Legrá a España, Kid Tunero se convirtió en su mentor y de la mano conquistaron el campeonato mundial de los pesos plumas.
Cuando en medio de la charla le pregunté al viejo gladiador si le gustaría volver a Cuba, asintió con la cabeza para de inmediato confesar que prefería morir en Barcelona, donde hacía poco había enterrado a su esposa. Me dijo de su soledad pese a que Legrá le hacía frecuentes visitas y que le satisfacía salir temprano a caminar bajo el sol matinal, pues el frío de la tarde le causaba daño.
Al separarnos, el Caballero del Ring me estrechó con fuerza la mano en señal de despedida. Pocos días después un cable de una agencia noticiosa daba a conocer al mundo que los funerales de Evelio Mustelier, fallecido a los 82 años de edad, serían sufragados por el gobierno autónomo de Cataluña.

Reaparece el campeon cubano Joel Casamayor


El proximo 10 de noviembre en el Madison Square Garden reaparecera el campeon cubano de peso ligero Joel Casamayor, en una cartelera estelar donde se presentaran figuras de la talla de Miguel Cotto, Shane Mosley y Antonio Margarito.

El "Cepillo" Casamayor con record profesional de 34 victorias, 3 controvertidas derrotas y 21 KOs en su haber, firmo con Golden Boy Promotions y vuelve luego de 13 meses sin pelear para hacer la defensa de su título ante el probador José Armando Santa Cruz (25-2, 14 KOs).